Un podador podaba una parra,
otro podador que por allí pasaba,
al primer podador le perguntó:
- ¿Qué podas, podador?
- Ni podo mi parra, ni tu parra podo:
podo la parra de mi tío Porro.
Me han dicho un dicho,
que dicen que he dicho yo.
Ese dicho está mal dicho,
pues si yo lo hubiera dicho,
estaría mejor dicho,
que ese dicho que dicen
que algún día dije yo.